Las bellas artes como expresión estética se han convertido en una puerta que abre los ojos y la mente al misterio, a lo trascendente, a lo sublime, a lo que la corporeidad no puede alcanzar...La diosa razón como la llamaban los griegos es la mano que abre y cierra esa puerta y como decía san Agustín y santo Tomás de Aquino: la sola luz de la razón es sufiente para contemplar la obra y existencia de Dios; porque lo estético nos muestra que Dios existe...Muchos por el conformismo y la pereza no han querido abrir esta puerta pero los que han entrado por ella se han hecho grandes, han descubierto que lo bello es más que sentimiento y que la vida es más que emoción...
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